jueves, 25 de octubre de 2007

Canto que intenta no ser tan desentonado

What would you think if I sang out of tune,
Would you stand up and walk out on me?
Lend me your ears and I'll sing you a song,
And I'll try not to sing out of key.
Oh I get by with a little help from my friends,
I get high with a little help from my friends,
I'm gonna try with a little help from my friends.
J.L. & P.M


Hasta hace algunos meses era un ser completamente noctámbulo. Sí, la noche para mi era el momento más creativo. El mundo se quedaba detenido y callado, entonces se empezaban a mover los engranajes de mi mundo. En no pocas ocasiones me despedí de la vigilia cuando se estrellaban los primeros rayos de luz en el nuevo día. No pocas batallas las libré en esas oscuras horas del día. Yo pienso que alrededor del 90 por ciento de lo que he escrito ha sido hecho después de las doce de la noche y antes de las cinco de la mañana.
Ahora ya no puedo mantener mi nuca fría. Antes de que descollen las primeras luces del alba emprendo mi viaje hacia el inevitable. 6:20 A.M. y el chamagoso ya va sobre el Periférico tomando Acueducto para virar luego en Patria, Vallarta, Lázaro Cárdenas y volar a 150 Km/h (jeje) sobre los chuequitos pero prácticos pasos a desnivel de esa vía rápida; aunque vuelven un callejón sin salida cuando hay un accidente.
Me acompaño de DCD, Los Beatles, Sinéad O'Connor, Caifanes y hasta por Belanova. Disfruto mucho mi trayecto cuando es fluido. Ahí voy yo cante y cante "Don't fade away...." "We all live in a yellow submarine..." y demás tonadas mientras siento el airecito frío que se cuela por la puerta caida del chamagoso. En no pocas ocasiones he querido ver montañas doblemente más grandes que el Everest elevarse ficticiamente durante el alba al sur de la ciudad; justo cuando voy sobre Lázaro Cárdenas un poco antes de la curva de la carretera a Chapala. Y me empiezo a imaginar cómo sería nuestra cultura si tuviéramos tamaña montañota nevada en nuestro paisaje... Me acuerdo de algunas lecturas sobre las fallas que tiene el determinismo geográfico, pero pronto las hago a un lado y me dejo llevar imaginando cómo afectaría ese doble y ficticio Everest al sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara a nuestro clima y a nuestra forma de vestir. ¿Seríamos tan botanas como lo somos o nos tomaríamos más en serio?
Ahora que empieza el frío me resulta delicioso sentir como la piel de mi cara se vuelve rígida como el cartón. Por más que le subo la calefacción al chamagoso, la temperatura no se levanta. Pero por más frío que haga aquí en esta ciudad nunca se congelará el agua del radiador... y el pensamiento sigue fluyendo y me acompaño con él y con mi canto y con un taza de café aunque ya no con el cigarro, pues ya no fumo (aunque no sé si quiero dejar de fumar).
Les agradezco de veras tantas muestras de cariño.

Intentaré no cantar tan desentonado.