En el contexto electoral que vivimos, las encuestas se
utilizan no como instrumentos estadísticos basados en una metodología
científico-matemática para conocer la opinión de las personas con respecto a
los candidatos. Sino que los medios de comunicación, conociendo la manera de
pensar de mucha gente, las usan para acarrear agua al molino que desean.
Consideran que al repetir una mentira muchas veces puede convertir en verdad.
Quizá puedan tener razón.
Un
vecino mío sobrepasa los 70 años, no terminó la primaria y toda su vida trabajó
hasta que fue pensionado. Proviene de región de Los Altos de Jalisco y en la
década de 1960 se radicó, con su familia, en la Zona Metropolitana de
Guadalajara. Acá pudo desarrollar su oficio como tornero. En la década de los
setentas el programa gubernamental INFONAVIT, de vivienda de interés social, le
otorgó una casa donde pudo vivir más o menos cómodamente con su esposa e hijos.
Actualmente está pensionado por el Seguro Social y recibe una mensualidad que
sobrepasa con poco los mil pesos mensuales.
A la pregunta de ¿por quién va a votar? Contestó
que estaba difícil, pero que como señalan las encuestas Peña Nieta va muy
arriba. El medio que tiene de informarse es Televisa; por consiguiente la encuesta
que conoce es la de Mitofsky. No lee los periódicos, en su casa no tiene computadora
ni conexión a internet. De manera que la única fuente de información que tiene
es la televisión abierta. No tiene cable.
Votará
por EPN porque Mitosfky lo ubican muy por encima de los demás candidatos. Mi
vecino no se cuestiona si la encuesta puede estar engañando y como no conoce
otros medios de información, desconoce que Televisa apoya plenamente la
candidatura del priísta. También desconoce que el porcentaje de indecisos está
por encima del 30 por ciento y que la elección no está decidida, por más que
Ciro Gómez Leyva, López Dóriga, Carlos Marín o Leopoldo Gómez, o como se podría
leer Milenio y Televisa se esfuercen en hacer creer que la elección está
decidida.
Considero
una falta de respeto contrariar la opinión de mi vecino. Él tiene sus creencias
que son plenamente respetables. Por más en desacuerdo que yo esté con él, su punto
de vista es tan válido como la mío. Sin embargo, sí me atreví a comentarle lo
que sabía sobre la alianza PRI-Televisa-Milenio-Mitofsky en pro de Peña Nieto y
del más de 30 por ciento de indecisos. Traté de persuadirlo con respecto a que
las encuestas pueden estar inclinadas para favorecer a un candidato. El vecino
no lo tomó a mal, al contrario, se puso a reflexionar y dijo: “Entonces estos
cabrones nos quieren ver la cara de pendejos…” No sé que pasará con su voto
cuando vaya a emitirlo.
En
México viven muchísimas personas como mi vecino que su derecho a la información
está vedado, pues el único medio que tienen para “informarse” del acontecer
político y económico del país son los medios televisivos abiertos: Televisa y
TV Azteca. Este duopolio tiene conocimiento de esta situación y aprovecha
cabalmente la capacidad de penetración que tiene. Sólo Televisa tiene la
capacidad técnica y la infraestructura para llegar casi al cien por ciento de
la población de México. También sabe que la mayoría de la población los tiene
como su único medio para informarse. De ahí pues que no me extrañe en lo más
mínimo que el día del primer debate, único al que Peña Nieto ha confirmado su
asistencia, el próximo 6 de mayo a las 20:00 hrs. la Federación Méxicana de
Futbol (léase Televisa y TV Azteca) decidieron agendar el partido de vuelta de
Tigres-Morelia. Si había alguna esperanza de que este debate evidenciara la ineptitud
de Peña Nieto y el acartonamiento de Josefina Vázquez Mota, y fuera conocido
por más gente, con el partido, esta posibilidad casi queda reducida a nada. La
gente más ignorante estará viendo el aburridísimo partido de futbol, en vez de
observar un debate político al que poco entienden.