domingo, 24 de abril de 2005

Peje Mandela

El Peje nos quiere desaforadamente. Y me recuerda a Nelson Mandela quien después de haber pasado largas temporadas en prisión --la acusación de actos de terrorismo desde luego fueron una patraña-- se convirtió en un mártir vivo de la democracia sudafricana y de los derechos humanos en el globo por su postura política anti apartheid, Después de que la opinión pública internacional --producida en buena medida a los medios masivos de comunicación, en especial el cine-- conoció las gachadas que se cometían en aquellos lados del mundo (y que incluso El Personal desde Guadalajara le compuso su canción: "Ay, ay, ya dejen a Sudáfrica/ay, ay, liberen a Mandela") crecíó la indignación y se hizo una fuerte campaña de presión política que dio por resultado que F. De Klerck diera fin a la política de separación racial y decretara la liberación del querido Mandela. Al salir de la cárcel se realizaron los comicios electorales que dieron la victoria al antiguo líder del Congreso Nacional Africano.

En buena medida, como lo hizo Gandhi durante la segunda gran guerra, los medios de comunicación jugaron un papel importantísimo en las luchas políticas de Mandela, quien aprovechó sabiamente los periódicos y la radio inglesa para hacer internacionalmente pública su lucha política. Sin ellos, tanto Mandela como Gandhi hubieran sido aplastados, como ha ocurrido tantas veces en tantas partes del mundo, sin que nadie lo supiera.

Mandela, quizá mejor que nadie antes que él, supo manejar muy bien su imagen. Sus biografías se cuentan por montones en las cadenas televisivas norteamericanas e inglesas. Desde la cárcel continuó su carrera política, en las celdas era visitado por reporteros de muchas partes del mundo. Convertirse en el emblema internacional de la lucha por los derechos humanos tuvo ganancias políticas incalculables. Sin ello no habría llegado a ocupar el puesto que tiene.

Andrés Manuel López Obrador actualmente se está convirtiendo en el mártir que sufre los atropellos contra el Estado de Derecho que lanza el presidente Fox desde la presidencia. Su campaña política por la presidencia no es nueva y va a continuar desde el desafuero, desde el arraigo domiciliario o incluso desde la cárcel de La Palma. Creo que, al igual que ocurrió con los movimientos de Gandhi y posteriormente de Mandela, los medios de comunicación internacionales van a ejercer, en esta serie de desafortunados hechos, una gran presión política que va a influir en lo que ocurra en nuestro país.

Para desgracia del Peje, al papa se le ocurrió morirse en las mismas fechas en que el Congreso dictaminaría el desafuero. Luego los funerales, la reunión del Cónclave y la designación de Benedicto XVI; todo eso ha quitado mucho relumbrón al jefe de gobierno, pero creo que ya en esta semana se convertirá en el foco de atención nacional. El presidente Fox en su intento por la supuesta aplicación del Estado de Derecho que tanto ha presumido, le ha dado a AMLO una enorme ventana publicitaria para su campaña por la presidencia. Desde luego, el bien querido Peje no duda en adoptar la posición del mártir de ese atropello político.

Si bien el presidente Bush Jr., según lo que sé, no ha manifestado su parecer con respecto al desafuero de AMLO, es conocido que los informes de la CIA estiman inestabilidad política para las próximas elecciones; también es conocido que el Peje no es del agrado de Washington. ¿Qué ocurrirá? No lo sé, lo que sí sé es que el todavía jefe de gobierno del DF ha manejado muy bien su estrategia y que los medios de comunicación serán muy influyentes en lo que pase.

1 comentario:

Chrontázar dijo...

Peje el Toro es inocente! Y con el acento chilango tadavía mascándolo, te saludo, Gordo Cabrón...