
Por primera vez en las elecciones del próximo julio las
redes sociales desempeñarán un rol en la opinión pública. ¿Qué rol desempeñan o
tendrán? Desde luego no existe acuerdo en eso. Lo que he leído se caracteriza
por sobrestimar o bien desestimar la importancia de estas redes. Roy Campos,
por ejemplo, desestima la influencia que puedan tener las redes sociales, por
el simple hecho de que la cantidad de usuarios es muy inferior a la cantidad de
personas que se informa exclusivamente por televisión. Por eso mismo, los
errores de Enrique Peña Nieto en la FIL, con los twitters de su hija y cuando
dijo que él no era la señora de la casa, no tuvieron un reflejo muy importante
en las cifras de las encuestas. Pero por otro lado, también hay quien considera
que su importancia es grandísima, tanta que sostienen que el presidente
estadounidense Barak Obama ganó las elecciones en 2004 gracias a su uso intensivo
en las redes sociales. Por último, también existe un sector más mesurado que
señala que nadie sabe cuál será el efecto de las redes sociales, pues al ser un
fenómeno tan nuevo, nadie puede estimar correctamente el impacto que tendrán en
las próximas elecciones. Pero esta última postura me parece la menos
comprometida.
Por mi parte considero que no
se trata de hacerle al adivino; nadie puede conocer el futuro, y no se trata de
eso. No obstante, muchos analistas y comentaristas quieren parecerse a los porteros
del futbol al querer parar un penal; en vez de fijarse en la pelota, se lanzan
antes para tratar de adivinarle la trayectoria. Eso no es serio. Recordemos que
la pelota no engaña. Por más que el tirador quiebre la cintura, la pelota sólo
saldrá a donde es dirigida. Si va bien colocada, quizá no sea posible pararla,
pero si el tiro es malo, el portero tiene oportunidades de detener el tiro. Es
decir, los fenómenos que están ocurriendo en el momento presente necesariamente
nos muestran lo que ocurre. Es en eso, desde mi punto de vista, en lo que
debemos fijar la atención.
Un primero punto es que las
redes sociales les resultan importantes a los partidos políticos. Todos tienen
sus cuentas de Twitter, de Facebook y sus páginas personales. Como ya es sabido,
los equipos de campaña tanto de Josefina Vázquez Mota como de Enrique Peña
Nieto en sus “cuartos de guerra”, tienen trabajando a un numeroso equipo para
introducir trendig topics (temas del momento o tendencias) positivos para cada
uno o para golpetear a sus adversarios. No he visto y no he leído nada que
señale que Andrés Manuel López Obrador tenga también un equipo trabajando en
ese sentido. Héctor Aguilar Camín, el día de hoy acusó que el candidato del
PRD, PT y Alianza Ciudadana tiene una “red de insultantes” en Twitter. La
verdad cabe la posibilidad y sería normal. Pero lo dijo Aguilar Camín que ahora está embrollado en su
defensa de Televisa y evidenciado que claramente apoya directamente a EPN. Así
que su palabra no es muy legítima, que digamos.
Las redes sociales les
resultan importantes, está claro, pero ¿en qué sentido va esa importancia? He
observado que esta importancia se centra en un esquema cuantitativo. Es decir,
quien más seguidores tenga en Facebook o en Twitter es mejor. Esto desde luego,
no necesariamente es cierto. La crítica es algo muy presente en las redes
sociales y muchos de los seguidores no comparten la ideas y posiciones de los
candidatos, sino que están observándolos para conocer lo que publican y a
partir de ahí criticarlos. Esto no lo han entendido bien y los tres candidatos
(Quadri no entra en este análisis por que no lo considero un candidato
verdadero, está siendo manipulado por la señora Elba Esther Gordillo. Él más
bien encaja en la categoría de turista político por el país con viaje pagado)
han contratado servicios para que con cuentas falsas se incrementen sus
seguidores. Por otro lado, también han contratado servicios de bots (robots que
repiten mensajes muchas veces para crear tendencias en twitter) que es muy
fácil detectar.
Como entiendo esto, es que los
candidatos han utilizado las redes sociales como un medio de publicidad
tradicional para dar a conocer sus ideas; por la manera en que lo utilizan las
redes sociales para ellos es una especie de espectacular o de comercial de
televisión. O sea, quieren llevar el mismo lenguaje de la televisión
unidireccional a las redes sociales. Su mensaje puede ser visto por millones de
personas. Aunque así no funcionan las redes sociales. La característica
principal de las redes sociales es su interactividad, su mensaje de ida y
vuelta, el emisor es a su vez receptor y el ciclo vuelve a comenzar. No he
observado que ningún candidato se tome la molestia de comentar o responder a
los comentarios, críticas y alabanzas que reciben. Quizá sea un trabajo muy
arduo y sería muy difícil darle respuesta a todos. Pero es un hecho que no dan
atención ni tiempo a este aspecto cualitativo; que sin duda es importantísimo.
Es en este aspecto en el que observo la máxima debilidad de los candidatos en
las redes sociales.
Dejando de lado a lo que hacen
o dejan de hacer los candidatos, también es importante considerar lo que hacen
los usuarios de redes sociales. De acuerdo a las cifras de marzo de 2012, El Economista publicó que en México
existen 10.7 millones de cuentas en Twitter; mientras que Facebook para el mes
de mayo de 2012 cuenta con poco más de 32 millones, de acuerdo a Merca.2.0. El
concepto de “usuario” no está claramente definido, no es fácil definirlo. Para
estas cifras, usuario quiere decir que alguien abrió una cuenta de estas redes
sociales. Pero esto no necesariamente quiere decir que la usa o que tiene un
uso intensivo de ella. No sé si se sepa la cantidad exacta de cuentas con
actividad intensiva diaria. Sería interesante hacer un ejercicio teórico para
definir el concepto de “usuario” desde el punto de vista cuantitativo y
cualitativo; pues a partir de ahí podríamos comprender con una detalle mucho
más fino. De lo contrario nos quedaremos en un esquema cuantitativo chato, que
parece decir mucho, pero que en realidad no dice gran cosa, más que número que
sería preciso analizar e interpretar.
Desafortunadamente, las redes
sociales están llenas de insultos y descalificaciones hacia los candidatos. Las
filias y las fobias expresadas con el hígado son de lo más común. Abundan las
ofensas a Peña Nieto no lo bajan de pendejo; en repetidas ocasiones también se
han referido ofensivamente a Vázquez Mota y a López Obrador. Este tipo de
comentarios reflejan sólo una posición, basada no en un análisis y en una reflexión
de los candidatos, sus alianzas y propuestas, por más pequeña que sea, sino es
una reacción cargada de pasión irracional.
Aunado a lo anterior, los
usuarios de las redes sociales hacen gala de la creatividad, del humorismo y la
ironía. Manipulan imágenes o videos para criticar o burlarse de un candidato.
Mensajes conocidos popularmente se resemantizan para criticar a un candidato. A
mi me han parecido divertidísimas las traducciones que le hacen al Führer
molesto en su famosa escena de la película “La caída”. Los errores de los
candidatos se magnifican y las redes sociales se dan vuelo. Mucha de esta
diversión es también el sentido que las redes sociales poseen. Pienso, por
ejemplo en el uso que los jóvenes adolescentes le dan a las redes sociales.
Para ellos, tanto Facebook como Twitter son extensiones del patio de la escuela
o del salón de clases cuando no está el maestro. Son espacios para convivir de
manera ifnormal, ligera y divertida. También son espacios para ligar o para
hablar de lo que cada quien quiera, pero lo que priva es el sentido relajado y
de diversión. Pero este uso de las redes no es de interés en este análisis,
sólo lo refiero para señalar el sentido relajado y diversión que tienen las
redes sociales.
Desde mi punto de vista, el
aspecto más importante de las redes sociales es la posibilidad que brindan en
compartir información. Este aspecto es muy novedoso. Antiguamente los medios
que teníamos para informarnos eran el radio, la televisión, el periódico y las
revistas. La característica de estos medios tradicionales es que son casi
complemente unidireccionales en sus mensajes. Dicen, pero no escuchan, señalan
pero no reciben contrarréplicas inmediatas. Estos medios de información (no de
comunicación) se autoapropiaban de las versiones oficiales de las noticias. Lo
que decían ellos era lo que “en realidad ocurría”. No había posibilidad de
conocer diferentes versiones. Al ser muy pocos los medios de información
independientes, las versiones que dominaban a la opinión pública era la de los
grandes monopolios informativos. Con internet, este monopolio en la información
se ha visto fuertemente resquebrajado. Gracias a que internet permite publicar
información de manera económica, surgieron varios medios informativos
independientes (todos con participación en las redes sociales). La difusión de
estos medios que sólo tienen presencia en internet no tiene el mismo impacto, en
términos de audiencia, que la televisión o el radio, sin embargo, su
importancia se va incrementando día con día. Son cada vez más conocidos y
leídos o vistos por más personas.
En este mismo sentido, las
redes sociales juegan un papel difundidor importantísimo. Son como
magnificadores de sonido, como bocinas que engrandecen las voces. Acaba de
ocurrir un hecho sumamente interesante en es este sentido. La visita de Enrique
Peña Nieta a la Universidad Iberoamericana, es paradigmática. En primer lugar,
gracias a las redes sociales, fue posible acceder a diferentes páginas para ver
dicho acto en vivo. Eso en el pasado habría sido imposible. Los medios de
información tradicionales no trasmiten dichos actos políticos. También fue
posible ver que unos pocos alababan al candidato. También pudimos ver que una
mayoría lo rechazaba, de igual manera vimos la cara del candidato desencajada por
el medio, oculto frente al baño, mientras que jóvenes le gritaban “asesino”, “Atenco
no se olvida” y el “fuera, fuera”; asimismo pudimos ser testigos como
prácticamente corrió hasta llegar a su camioneta y salir rápidamente de la
universidad. En las redes sociales esa nota se repitió y se repitió. Así como
los comentarios virulentos. Por su parte, López Dóriga no trasmitió dichas
imágenes y minimizó la nota al no mencionar los abucheos a los que fue objeto
el candidato del PRI. Por otro lado, todos los periódicos de la OEM de Vázquez
Raña que abiertamente apoya a Peña Nieto, tenían titulares como “Triunfa Peña
Nieto en la Ibero”. Así mismo, el equipo de campaña de este candidato montó un
video de esta visita y claramente tendencioso, y sentimentaloide, eliminaron
todas las manifestaciones de rechazo y dejaron sólo las muestras de aprobación.
Considero que es ahí donde está el aporte importante de las redes sociales en
esta elección.
Podemos acceder a la
información de manera directa, sin manipulación tendenciosa de los medios
informativos. Eso sí es ciertamente inédito. Ahora bien, es preciso señalar
aquí que dicha información no es vista por toda la población. Existe un
importante número de personas que no accede a internet y que se sigue
informando por los medios tradicionales, por lo que sigue recibiendo
información manipulada. Una amiga hace unos días escribió en su cuenta de
Facebook que todos sus contactos no apoyaban a Peña Nieto, que de hecho no
conocía a nadie que apoyara al candidato del PRI. Esto la llevaba a cuestionar
la legitimidad de las encuestas, pues de acuerdo a su experiencia personal no
era posible que Peña Nieto llevara una ventaja tan amplia. Aquí ocurre algo
importante. En las redes sociales nos relacionamos de una manera muy parecida a
como lo hacemos en la vida real. Nos allegamos a gente que piensa más o menos
como nosotros. Las personas que no nos resultan compatibles en cultura,
pensamiento, tendencia política, gustos, nivel académico, no las tenemos como
amigos, ni como contactos en las redes sociales. Entonces, nuestras relaciones
sociales se dan más o menos en lo que se podría llamar clúster de relación sociocultural,
o racimos de relación sociocultural. En estos clústers o esferas de relación sociocultural,
reconocemos a los demás y a nosotros mismos. Si bien existen diferentes puntos
de vista, las agendas, los intereses, las importancias son similares. Hay mucha
gente que no tiene el más mínimo interés en leer noticas, en mantenerse informado,
en conocer las tendencias políticas. Se sienten muy conformes y cómodos con
saber lo que dice la televisión y con base en ello basan su opinión. La importancia
de las redes sociales se incrementará en la medida en que se incremente el uso
intensivo del internet y de las redes sociales, en la medida en que las
personas incrementen su nivel educativo y cultural y sociopolítico de
participación ciudadana.