viernes, 22 de junio de 2012

La última semana de campaña

A pesar de que las casas encuestadoras viven de su prestigio y de la credibilidad de sus resultados. Las cifras que manejan son poco menos que creíbles. Lo mismo ocurre con los medios de información. Su prestigio lo es todo, su credibilidad y el respeto ganado a pulso es de lo que viven... Esto es una verdad de perogrullo en cualquier país del mundo, pero no aquí en México.
En lo que resta de campaña, los medios aliados con Enrique Peña Nieto se cansarán de decir que la elección ya está decidida, pues así lo dicen las encuestas. Se repetirá este mensaje una y otra vez para convencer al electorado de que no vale la pena asistir a votar, pues sus votos no marcarán ninguna diferencia. También como buenos predictólogos que son repetirán ad nauseam que AMLO no reconocerá su derrota y que declarará fraude. En otras palabras inyectarán miedo en la sociedad de una manera artera y flagrante.
Por su parte, las encuestas ya se están curando en salud aumentando las cifras de indecisos, de tal manera que queden vacunadas. Así, si la elección no refleja las cifras que ellos manejaron podrán decir que los indecisos cambiaron las cifras de la elección. Esto lo podrán argumentar incluso cuando ya señalaron previamente que los indecisos no cambian radicalmente los resultados electorales porque se dividen porcentualmente como ocurre con quien sí señalo sus preferencias.
Desafortunadamente estas campañas publicitarias rinden buenos resultados. Mucha gente se cree el mensaje. Entre menos electores vayan a votar más beneficiado sale el PRI.
En este país no pasa nada hasta que pasa... Quieran todos los dioses que el IFE haga bien su trabajo y que no existan irregularidades. Quieran todos los poderes mundanos, submundanos y ultramundanos que la gente salga a votar libre, informada y conscientemente, por el candidato que quiera incluso hasta por el turista político con viaje pagado, que para eso es la libertad.

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