miércoles, 18 de mayo de 2005

Censura en South Park

Los creadores de South Park tendrían un buen tema para un capítulo de su serie animada en la censura de la que han sido objeto por la cadena MTV. Esta caricatura no sé si es la primera que se transmite en la televisión en la que los personajes hablan con “palabrotas”, “malas palabras” —o para decirlo menos moralmente con hijos de puta, cabrones, pendejos y chingados al por mayor—. Así no sea la primera ha producido un fuerte impacto y se distingue de cualquier programa similar. Bart Simpson se ve pepón al lado de Eric Cartman, Kyle Broflowski, Stan Marsh y Kenny McCormick (a quien si entendiéramos lo que dice estoy seguro que conoceríamos cuan florido es su lenguaje). Como no recordar los bonitos diálogos de Cartman con el señor Garrison:
El señor Garrison. ¿Por qué no sales y vas a ver al director?
Cartman. ¿Por que no mejor me chupa las bolas?
El señor Garrison: ¡¿Qué dijiste?! Cartman. Oh, lo siento, (se aclara la garganta y saca un megáfono), lo que dije fue “¿Por qué no mejor me chupa las bolas?”
O la clásica del mismo Cartman: “Chicos, jódanse. Yo me voy…”
O aquella también muy repetida que dicen entre Stan y Kyle después cada que muere Kenny:
Stan. !Oh, por dios! Mataron a Kenny.
Kyle. ¡Son unos hijos de puta!
En fin, tantas y tantas frases de alegre memoria. Pero lo más importante es que no se trata sólo de decir guarreses por decirlas. Sino que tiene si significado. En la primera película de South Park Bigger, longer, uncut (ampliamente recomendable) los mayores creen tener cabalmente justificada la acción de tomar las armas e iniciar una guerra contra Canadá por haber permitido que se produjera una película en la que el lenguaje soez y las flatulencias son la fuente de la comicidad; lo cual influye a las inocentes mentes de los niños norteamericanos. Aclaro más, pareciera que causa más preocupación y alarma en la sociedad norteamericana que los niños hablan con palabras altisonantes que la guerra o la violencia, o el hambre, o la paidofilia. Retomando la recurrente muerte de Kenny. Causa más impacto que un niño como Kyle diga “son unos hijos de puta”, que el diario fallecimiento de un niño pobre (como el gran Kenny).
Las voces soeces son de empleo cotidiano en un país como el nuestro. No me imagino la plática con un cuate en la que no salgan a relucir estas dichosas palabras. Sin embargo, estamos tan acostumbrados a que los acartonados personajes de la tele hablen de forma tan irreal y gris como sus historias. Nunca profieren un cabrón o un chingado por más encabronados que estén. No puede ser, simplemente eso no ocurre en la vida diaria. También ya es cotidiano para nosotros escuchar los piiiit, piiiiit, para tapar el sonido incluso de un “no mames”, Neta que no mamen.
Regreso a lo de South Park. Más allá de simplemente decir que el doblaje al español latinoamericano con que se transmitía en Locomotion era espectacularmente bueno, y que es un español plenamente latinoamericano porque se reconocen voces colombianas, argentinas, mexicanas e incluso peninsulares, quiero manifestar mi más profundo rechazo por el pésimo doblaje con que ahora se difunde algunos de los capítulos de la caricatura en la cadena MTV. No es lo mismo escuchar a Cartman decir “Chicos, jódanse. Yo me voy”, a un gris y desangelado “chicos yo ya me voy a mi casita”. ¿Qué es eso? ¿Dónde quedó la personalidad del gordito maldoso? Y ¿en qué quedó la crítica a la mochez social, a la doble moral, a la cultura del ocultamiento? Se descontextualiza, se pierde el contenido a tal punto que la coherencia del discurso queda en la ambigüedad más absoluta. Es decir ¿qué sentido tiene ver a South Park en versión censurada? Uncut, señores, uncut. SIN CENSURA.
El problema es que el asunto este de la censura no se queda simplemente en el hecho de producir esferas estériles que nos libres de los prosaicos hablares. Sino que pareciera que somos una sociedad infantil que requiere de una conciencia mayor que decida qué sí podemos escuchar y qué no. Estoy de acuerdo con que hay personas que no les gusta escuchar lenguajes floridos, y que en su cotidiano hablar no emplean tan bonitas voces; pero de ahí a que todos forzosamente veamos una programación censurada, para evitar que las buenas conciencias sean perturbadas, hay un trecho bastante amplio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que se vayan mucho a la puta chingada los cabrones hijos de puta censores :)

Chrontázar dijo...

Cuando me enteré que había un doblaje mexicano de South Park, mi primera reacción fue de beneplácito, putamadre (recuérdese las versiones de los Simpson en buen y excelente mexicano); pero al enterarme que suprimían frases como las que has mencionado, no me queda más que indignarme, puta censura, son chingaderas, mamadas o cualquier coladera en el culo...