jueves, 12 de mayo de 2005

Una noche que intentó ser de jazz

Un cuate cumplió años e invita a sus amigos —yo entre ellos— a pasarse un rato con él bebiendo unas cervezas y escuchando un poco de jazz. Iba con la mejor disposición de pasar una buena velada. El grupo que haría como que tocaría el jazzecito se llama Trucker (creo). Un bajo, una batería, un sax, un sintetizador y un aprietabotones. Después de haber hecho esperar una hora, por fin los músicos decidieron empezar a tocar. Al principio, parecía que se entendían bien. Empezó el sax, luego entró el bajo, después el sinte, la batería y por último el DJ —que por cierto por más que me esforcé en escucharlo no lo aprecié más que en un solo—. Me imaginaba a los músicos rondando alrededor de un tema sonoro; los veía como líneas en movimiento. Al principio parejos, sólo girando, de pronto el bajo siente una vibra diferente y se va hacia otra parte. Bien. El baterista marcando el ritmo los acompañaba a todos el sax con un tema sensual se entedía bien con el tecladista que hacía sonidos de piano de los cincuentas. Pero de pronto, el saxofonista cambia el ritmo, el bajo pacientemente espera sentir el tema; el baterista hace lo mismo. El del sinte no deja de tocar, pero se pierde y terminan como un par de líneas en un fondo oscuro que se preguntan cómo saldremos de esta… Mejor deciden dar fin a la pieza. El final fue como caer en un bache. Se les cayó y feo lo que estaban hilvanando poco a poco. El público generoso, aplaude, a pesar de tener la sensación de haber chocado con una pared. Las risitas nerviosas de los músicos provocaban pena. Pero vamos, era la primera pieza que tocaban…
Además, el jazz no es fácil. Los sentimientos de los integrantes de una banda algunas veces no están en la misma sintonía. A veces, como líneas en movimiento, llegan a chocar y pierden el ritmo. Eso no es ningún problema. A veces esos choques producen cosas muy buenas: reencuentros que destellan luces e iluminan todo el salón; otras veces se pierden en sus pensamientos y sentimientos, dejan de acompañarse y se vuelven como líneas que tuvieron un principio común y luego dejan de tocarse hasta que se vuelven a encontrar con el ritmo de la batería que suena molesta por la sensación de duda, molestia, coraje… pero no hacer inclinar a la música a un el silencio incómodo.
Es bueno tener paciencia. El jazz es dejarse ir, lanzarse a un abismo sin saber a dónde ni cómo se va a caer [llegar]. Es fluir con los otros andando por caminos diferentes, por senderos opuestos que chocan, por rutas secretas y subterráneas que salen a la superficie todavía embarradas de lodo, sangre y lágrimas para explotar en el aire en un grito desesperado. Sonidos y silencios, pero no incómodos como resultan cuando no se sabe qué hacer al no entender al otro y mejor se le deja solo para que se estampe contra la pared junto con la audiencia. No digo que esté mal estamparse contra la pared, pero me habría gustado que se estamparan todos juntos…
Sí, no se tomaban en serio, era chacota para ellos. Además son jóvenes e inexpertos. Sólo aguanté cinco piezas y me fui a rumiar mis tripas frente a esta pantalla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy muy muy de acuerdo contigo. Mi pasión es el jazz. Lo escucho todo el tiempo. Representa la conjunción de creatividades, la posibilidad de varias gentes de vibrar juntos, de jugar, jugar, jugar. Si hay algo espeluznante, desquiciante, es el mal jazz, justo por lo que dices, por la falta de coherencia entre los miembros. Por su falta de empatía entre ellos.

Buen escrito :)

Igor dijo...

Maese Yohualli.

Yo vi a Troker cuando abrieron el concierto de Medeski, Martin and Wood. Lo que escuché de ellos (de Troker) me hizo pensar en un jazz facilón, sin mayores complicaciones. Nada de qué alarmarse. Pero tal vez sería el estado de ánimo, porque incluso MM&W, una banda que conozco y me agrada por experimental, me resultó bastante sosa. En fin, ai palotra me invitas, ehhhh!

Chido.

Pd.
El blog de la geo está bien chingón ¿ya lo viste?

Mo Than 30 Clients Served dijo...

Erm... En lo personal, es muy poco el jazz que me gusta... En especial, por la falta "de comunicacion" (a la cual aste hace mencion), que me freakea... En fin, hay algunas bandas buenas (Paris Combo... A mi me lo vendieron como jazz... Lo JURO por Dios!), que valen la pena escuchar... Erm... No se si me aventaria a verlos en vivo, pero, igual y si... Saludos!